Escrito por: Lluís A. CampelloTodo lo que pudo ser ¿Qué pasaría si las potencias del eje hubiesen vencido en la Segunda Guerra Mundial? Pues admitámoslo, pensarlo da morbo, como muchas otras suposiciones de condicionales que ya no se darán. El escritor americano Philip K. Dick, quien siempre ha estado décadas por delante nuestro, en la ciencia-ficción pero también en lo moral, se atrevió a pensarlo y a plasmarlo en la fantástica novela The man in the High Castle. Esta serie también pudo no haber existido nunca. Formó parte de la segunda tanda de propuestas de la empresa Amazon, que lleva un tiempo empeñada en entrar en el potente mercado de las series televisivas. Apareció con 7 series en enero de 2014, pero solamente con su episodio piloto. Las más vistas y aceptadas por el público se convertirían en series de larga duración. The man in the High Castle, apadrinada por el mismísimo Ridley Scott fue la más vista de todas las propuestas y, además, la de mayor calidad. Se convirtió en serie de 10 capítulos, todos ellos colgados al mismo tiempo para su visionado el pasado noviembre. La serie arranca con una demostración más de que las cabeceras se han convertido en pequeñas obras de arte independientes de la calidad de los episodios. La de The man in the High Castle es una maravilla. Pongámosla junto a la de Juego de tronos, Carnivale, True detective o True blood, por poner unos ejemplos. Ésta en cuestión es preciosa, sirve para poner en situación al espectador y encima deja algunos detalles simbólicos de propina (los paracaidistas/lágrimas del monte Rushmore), podéis admirarla haciendo click aquí. En la cabecera suena de fondo Edelweiss y también esto nos está contando cosas. El Edelweiss forma parte de las tradiciones del Tirol austriaco. La canción con el nombre de la flor se compuso exprofeso para el musical (no la película) Sonrisas y lágrimas. En dicho musical, Georg Von Trapp y su familia cantaban este tema para demostrar fidelidad al régimen nazi. Se lo tomaban como una despedida en forma de homenaje a su país, Austria. Ah, y Edelweiss significa blanco noble o blanco puro. Todo encaja. Si hablamos de la serie en sí quizá lo más justo sea definirla por sus carencias más que por sus aciertos. Porque pesan más. Es una serie que tiene todos los elementos para que se quede dentro de ti, chapoteando insistentemente en el recuerdo, pero esto no llega a suceder. La historia es apasionante, los actores correctos, las tramas interesantes, la ambientación, vestuario y localizaciones perfectas, pero falla en eso que es tan complicado de conseguir: La cercanía. La narración es fría y distante. Consigue, y es su fallo más grave, que no empatizes con ningún personaje protagonista. Cada muerte destacada en Juego de tronos es como una puñalada en la espalda de cada seguidor de la serie. Aquí vemos las odiseas de los personajes como algo lejano, extraño, árido y deseando (otro morbo censurable) que haya acción aunque les implique a ellos de manera negativa. La acción transcurre en los, antaño conocidos como, Estados Unidos, que ahora tiene al oeste los estados japoneses del Pacífico, al este el gran imperio nazi y la zona central como zona neutral, más por rebajar las tensiones entre los dos imperios que por cederles terreno a los americanos. Han pasado 15 años des de que Washington fuese arrasada por una bomba nuclear y EEUU se rindiese. En San Francisco Juliana Crane consigue unas filmaciones prohibidas donde se ven realidades paralelas en las que los aliados ganan la guerra. Después de esto, su vida y la de su esposo, Frank Krink cambiarán radicalmente y se verán envueltos en algo mucho más grande que sus vidas o, incluso, la lógica. En el otro lado, en Nueva York, un joven nazi de incógnito parte a las zona neutral con un misterioso cargamento. Suena muy bien, pero debería enganchar más de lo que lo hace, aunque la temporada de 10 capítulos se ve muy bien y tiene picos en ciertos capítulos realmente excelentes. La serie ha renovado por una segunda temporada. Buena noticia porque queremos seguir viendo qué ocurre. Pero hará falta que la serie coja aire y se quité el corsé. Porque quizá no nos valdrá indefinidamente el morbo de ver a estos fantasmas del pasado que no hacen daño a nadie.
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