Javier Pereira: "Ni en nuestros mejores sueños nos imaginábamos el recorrido que tendría Stockholm"28/2/2014 Escrito por: Pablo Plaza Javier Pereira. Ha pasado de ser un secundario desconocido a ser el alma protagonista de un film tan ambicioso como es Stockholm (Rodrigo Sorogoyen, 2013), reconocido por la Academia con el Goya a Mejor Actor Revelación de esta edición. Fue niño de San Ildefonso, después adolescente en las series Nada es para siempre y Al salir de clase. Su papel en la película de Sigfrid Monleón La bicicleta (2006) hizo que Javier se lo creyera y, después de 7 años trabajando en películas como 8 citas (Rodrigo Sorogoyen y Peris Romano, 2008) o No tengas miedo (Montxo Armendáriz, 2011) llega su gran oportunidad con Stockholm. A partir de aquí, parece ser que el futuro de Javier Pereira se lanza a toda velocidad. Hemos hablado con él para que nos explique cómo se siente y que le espera después de este galardón. Cinesperados: Es un topicazo, pero después de algo así, no queda más que preguntarlo: después de recibir un Goya de tal calibre, supongo que estarás en una auténtica nube, ¿no? Hovik, Berto Romero, Patrick Criado o tú. Y entonces suena tu nombre. ¿Qué sientes en ese momento? Javier Pereira: Totalmente, todavía sigo sobrevolando entre las nubes, están siendo unas semanas muy especiales. En ese momento te vienen muchas cosas, el cuerpo se te relaja después de un mes de nervios, pero por otro lado, has escuchado tu nombre, el auditorio te aplaude, sabes que tu gente esta botando en sus casas y piensas, Dios, ahora tengo que salir ahí y hablar, me muero.. C: Sinceramente Javier, creías que Stockholm, un film inicialmente con presupuesto cero, una ópera prima y compitiendo contra las mejores películas españolas, iba a ser tal éxito? Podías imaginar al empezar el proyecto que un año más tarde ibas a estar ahí arriba, recibiendo el Goya a Mejor actor revelación de la mano de Hugo Silva y Michelle Jenner? J. P.: Ni en nuestros mejores sueños nos imaginábamos el recorrido que ha tenido Stockholm. Al principio nuestra meta lejana era poder llegar a rodarla, que no hubiera contratiempos y poder llegar a montarla, para tenerla en dvd, verla y decir, coño la hemos hecho nosotros solitos... y a partir de ahí, mira todos los regalos que nos ha hecho esta película. C.: El feeling con Aura Garrido desde el principio es asombroso. Nominada a los Goya, mejor actriz en Málaga. ¿Cómo ha sido y es tu relación con la fantástica actriz madrileña? ¡Menudo futuro os espera! J. P.: Aura y yo apenas nos conocíamos antes del rodaje, pero muy pronto conectamos y nos entendimos muy bien trabajando, era básico en una película que mayoritariamente estamos sólo los dos. C.: Y Rodrigo Soroyen, que ya te llevó a la gran pantalla en la película 8 citas, vuelve a contar contigo. ¿Cómo es trabajar con él?¿Notas una mejoría entre las dos películas, tanto de él como tuya? J. P.: Rodrigo tiene las cosas muy claras y es muy exigente, así que sabes que te vas a poner en buenas manos, yo ya tengo confianza con él y eso ayuda a la hora de proponerle cosas para el personaje. Y por supuesto noto mejorías en él, han pasado cinco años, tiene mas claro que cine quiere hacer... y además en ésta, ha tenido total libertad en cualquier decisión y eso te acaba definiendo más como director. C.: Te hemos visto en la Mercedes Benz Fashion Week Madrid como auténtica estrella mediática. Te has convertido en personaje VIP, ¡y lo que te queda por vivir! ¿Te gusta ese tipo de vida o prefieres vivir en un pseudo-anonimato, tranquilo y sin fans persiguiéndote? J. P.: En cuanto a comodidad el anonimato es lo mejor, pero entiendo el revuelo de estos días a causa del Goya, como lo estoy disfrutando al máximo no me importa y sé que poco a poco irá bajando y volviendo todo a la normalidad. C.: ¿Cuál es la meta que se pone Javier Pereira? ¿A qué querrías llegar? Quizás a rodar una película con algun director en especial, algún galardón más importante… ¿O es “Hollywood” lo que algún día querrías alcanzar? J. P.: Mi meta es seguir viviendo de esta profesión que escogí y que tanto me gusta, soy un privilegiado, no lo considero un trabajo sino una pasión... y si encima me sigue dando de comer durante mi vida, que mejor meta que esa. C.: El cine español está mal. Muy mal. Y no hablo de calidad artística, sino de rendimiento, de rentabilidad y de relevancia social. ¿Qué pasa? Stockholm ha demostrado que el crowfunding es posible en el cine. Pero, ¿qué más se necesita para revivir esta industria? J. P.: Sin ir más lejos, la bajada del IVA inmediata, para que no suban tanto las entradas, menos recortes en las ayudas al cine, que se ayuden también a las películas pequeñas y medianas, que se llegue a una solución con la piratería y que nosotros desde dentro sigamos esforzándonos para conectar con los espectadores. Parecen muchas cosas, pero paso a paso y uniendo fuerzas deberíamos darle un empujón a la industria. C.: Por último, que no queremos entretenerte más. ¿En qué trabajas ahora? ¿Dónde vamos a poder verte próximamente? J. P.: Tengo por estrenar dos películas para este año, Anochece en la India de Chema Rodríguez y La Sangre de Wendy de Samuel Gutiérrez . C.: Era una pequeña trampa, esta sí es la última pregunta, y es la que le hacemos a todos nuestros invitados. Te proponemos el juego de “La película utópica”. Dinos, si pudieras participar en tu “película perfecta”, de qué género sería, quién la dirigiría, que actor y actriz compartirían reparto contigo y en qué situación geográfica la situarías. J. P.: Pues vamos a soñar, se rodaría en Australia y Nueva Zelanda, dirigida por Scorsese , con Sean Penn y Cate Blanchett como compañeros, y un poco apocalíptica, vaya mezcla, ¿no? Fotos extraídas de:
Agencia de representantes A6Cinema: http://a6cinema.com/es/ Web oficial Stockholm La Película: http://www.stockholmlapelicula.com/
0 Comentarios
Escrito por: Pablo Plaza La diáspora que se está viviendo este siglo XXI en nuestro país es histórica. Las mentes más preparadas huyen del estancamiento de la industria española para encontrar un lugar donde desarrollar plenamente sus habilidades. Es el caso de Manuel Almela, animador gráfico, que, en 1995, emigró a Estados Unidos a trabajar en la multinacional de Dreamworks. Ha trabajado en el desarrollo de películas como El príncipe de Egipto (The Prince of Egypt, Simon Wells, 1998), Kung Fu Panda (Mark Osborne, 2008) y Lluvia de albóndigas 2 (Cloudy with a chance of meatballs 2, Cody Cameron, 2013) entre muchísimas otras. Hace un hueco en su apretada jornada laboral para hablar con nosotros de su trabajo y su opinión acerca del cine de animación de aquí y de allá.
Cinesperados: Muchas gracias Manuel por atendernos y por querer participar en nuestra web. Un verdadero honor poder contar con un animador de tu talla. Dinos Manuel. ¿Qué te movió para entrar en el mundo de la animación? ¿Qué estudiaste para iniciarte en esta andadura cinematográfica? Manuel Almela: Mi acercamiento a la animación no comenzó como vocación. Empecé en 1985 no haciendo animación sino comic-books en Madrid. Lo que pasa es que era difícil ganarse la vida haciendo historietas y llevaba mucho tiempo. En esa época Hannah-Barbera comenzó a trabajar en España y los pocos que estábamos haciendo historietas, un estudio llamado Filman S.A. nos dio la oportunidad de empezar haciendo storyboards, layouts, animación. Fue un comienzo un poco de casualidad pero fue encontrarlo y enamorarme completamente del mundo de la animación. Fue entonces cuando me di cuenta de que uno podía ganarse la vida bastante bien en el mundo de la animación y decidí hacer aquello mi vida profesional. C: El trabajo de animador supone un continuo aprendizaje, y mucho más tú que has podido vivir ese gran avance tecnológico del diseño gráfico por ordenador. ¿Es así? M. A.: Yo fui de hecho uno de los primeros animadores en Dreamworks en hacer el cambio del 2D al 3D y luego ayudé a otros animadores a hacer el cambio. Lo fascinante de todo esto al principio fue ver el potencial de poder hacerlo todo en el ordenador: poder crear el personaje, modelarlo tú, hacer el render, prácticamente hacer una película tú sólo. En ese momento nos enamoramos del 3D pero sin olvidarnos del 2D, ya que siempre hacemos nuestros bocetos previos en 2D. Escrito por: Pablo Plaza En estos tiempos tan agnósticos, escépticos y ateos que vive la sociedad española, es difícil encontrar un artista que apueste por la religión como tema protagonista en su obra. He aquí Óscar Parra Carrizosa (1974), director de películas como Abrázame (2011) o No quiero ser recuerdo (2012), que esta semana estrenará el largometraje Bajo un manto de estrellas (2013), una visión diferente de lo sucedido en la guerra civil, en la cual parte del bando republicano se tomó la justicia por su mano y fusiló a varios frailes dominicos que se negaban a abandonar la palabra de Dios. Esta es la historia que propone Carrizosa y que podremos ver en la gran pantalla a partir del 14 de febrero. Óscar ha accedido a hablar con nosotros de su película y de su carrera cinematográfica. Cinesperados: Hola Oscar, muchas gracias por atendernos y contestar estas preguntas. Estrenas Bajo un manto de estrellas, la historia de un grupo de religiosos que vive de primera mano el inicio de la guerra civil española en el Convento de Calatrava. ¿Qué interés, personal o profesional, te llevó a hacer esta película?
Óscar Parra: Una mezcla de ambos, personalmente soy creyente y por tanto cuando la historia llegó a mis manos la leí con interés. Profesionalmente pienso que hay un sector del público ávido de ver historias conmovedoras, historias reales en las que los súperhéroes son de carne y hueso y tienen miedos, inquietudes como el espectador. C.: Cuentas una historia real, un hecho histórico que aconteció en los inicios de la guerra civil. ¿Cómo ha sido ese proceso de documentación? O. P.: Largo, ha sido largo. Gracias a la documentación proporcionada por el padre Jorge López Teulón, experto en persecución religiosa y a algunos libros extraordinariamente documentados, como el del padre Getino, además de actas de los juicios de la posguerra, ha sido sencillo reconstruir los hechos sin apasionamientos. Escrito por: Pablo Plaza Es el director novel que está en boca de todos este 2014. Jorge Dorado se ha ganado el respeto y el reconocimiento de la industria gracias a su ópera prima Mindscape, que primero estrenaba en Sitges con éxito de la crítica y, hace un par de semanas, llegaba a las taquillas de todo el país. Por este trabajo recibe su nominación a los Goya a Dirección Novel, es nombrado Director del Siglo XXI por el Festival de Medina del Campo y ahora personaje invitado de excepción para nuestra web. Hablamos con Jorge Dorado de Mindscape y de otras inquietudes cinematográficas. Cinesperados: Hola Jorge, muchas gracias por atendernos en estas fechas tan trascendentales en tu carrera cinematográfica. Supongo que ahora mismo estás en una nube. ¿Eres humilde y te conformas con la nominación a los Goya o eres realista y quieres ganarlo a toda costa?
Jorge Dorado: Creo que va en la naturaleza del ser humano no ser conformista si no no habríamos salido de las cavernas. La nominación es todo un reconocimiento y lo que me haría mas ilusión de ganarlo es el empujón que le puede dar a la taquilla. C.: Collet-Serra decidió entrar en el mundo de la producción e incentivar el trabajo de jóvenes españoles para darles la oportunidad de que éstos puedan demostrar su talento detrás de una cámara. ¿Cómo te sientes al haber sido uno de estos elegidos? J. D.: Un tipo con suerte. Realmente lo que ha sucedido es que yo estaba en el lugar adecuado, en el momento adecuado y con el proyecto adecuado. Jaume ha hecho y seguirá haciendo una gran labor ya que al tener un nombre consolidado en USA para es relativamente fácil levantar películas del tamaño de Mindscape. Escrito por: Pablo Plaza Joan Valent nace en Palma en 1964 y pocos años más tarde ya estaba sumergido en el mundo musical, estudiando violonchelo, piano, composición y dirección tanto en su ciudad natal como más tarde en Barcelona y Los Ángeles. Es en esta ciudad americana donde empieza a entrar en contacto con la música para cine, que no llegaría a explotar hasta finales de siglo, centrándose hasta entonces en sus composiciones sinfónicas y como arreglista. Sería en 2000 con el film de Eduard Bosch El viaje de Arián cuando Joan Valent comenzaría una carrera incesante en el mundo de las bandas sonoras. Hasta la fecha, algunos de sus trabajos más significativos han venido acompañados de la mano de Sigfrid Monleón, con La bicicleta (2006), El último truco (2008), El cónsul de Sodoma (2009) y Ciudadano Negrín (2010), sin olvidar por supuesto Dictado (Antonio Chavarrías, 2012) y Cartas a Eva (Agustín Villaronga, 2012) o sus últimas colaboraciones con el director Álex de la Iglesia, en La chispa de la vida (2011) y este año pasado con Las brujas de Zugarramurdi (2013), trabajo por el cual ha sido nominado por primera vez a los Premios Goya. Esta semana pasada se estrenaba la película Presentimientos (Santiago Tabernero, 2013) en la cual también la música corre de su cuenta. Hablamos con él de esta y otras inquietudes musicales del mundo del cine. Cinesperados: Benvolgut Joan Valent, un placer para nosotros poder contar con un compositor de la talla de quien nos visita esta semana. Se estrena Presentimientos, película para la cual has compuesto la banda sonora. Cuéntanos, ¿cómo ha sido tu trabajo en la obra de Santiago Tabernero?
Joan Valent: Sabéis, en el mundo del cine, en el de hacer música para historias que un director usualmente lleva en su cabeza más de dos años, contando el hacer el guión, la reproducción, el rodaje, la edición…la intervención de la música siempre pasa por el imaginario del director. Más que ser un patrimonio libre a la interpretación del guión es una sumisión a la interpretación que el director tiene de ese guión, de esa historia que reside en él desde hace tanto tiempo. En el entendimiento humano, en la complicidad y en la confianza es donde reside el núcleo de lo que va a ser después la Banda Sonora de la película. Con Santiago fié un proceso muy laborioso, a pesar de tener una gran complicidad a nivel humano, somos amigos, teníamos puntos de vista muy diferentes de como afrontar la música. Yo soy tozudo, pero él persevera más… Generalmente, al final, se llega a un acuerdo, a un punto de encuentro, y así sucedió con Santi, me sedujo, me llevo a su terreno, y ahora se lo agradezco. Aprendí y eso es, o debe ser, una finalidad en cualquier proceso creativo. Escrito por: Pablo Plaza Después de más de 20 años como directora artística y guionista, Papick Lozano se sumerge en el mundo de la dirección de largometrajes y su lucha por estrenar su película en España de más de dos años ha dado su fruto y el próximo viernes 24 de enero se estrenará en las salas de este país Casi Inocentes. Aprovechamos esta magnífica ocasión para hablar con ella y descubrir más cosas de su ópera prima. Cinesperados: Papick, te estrenas en la dirección de largometrajes, después de una extensa carrera en la dirección artística. ¿Cómo ha sido este salto? ¿Es tan grande como parece pasar del departamento de arte a tener el mando de todo? Papick Lozano: Yo creo que en absoluto, ten en cuenta que desde el departamento de arte se controla no solo la escenografía, sino también se tiene en cuenta, la iluminación, el vestuario, el maquillaje, el tono general de la película y por donde se van a mover los actores… que va!, yo diría que la dirección es la máxima expresión del arte. C.: Ya dirigiste hace muchos años el cortometraje A Mario (2005), una comedia sencilla y humilde que te abría las puertas al mundo de la dirección. Pero has esperado 8 años para Casi Inocentes. ¿Cuando empezaste a madurar la idea y a ver que era una realidad este proyecto? P. L.: El cortometraje A Mario… fue una manera maravillosa de experimentar, un ejercicio valiente de escritura, color, movimientos de cámara, y sobre todo verme en la situación de resolver y llevar a pantalla una imagen que tenía en la cabeza. Vi que salió bien, me sentí muy cómoda y desde entonces comencé a pensar en algo más ambicioso, hasta llegar a Casi Inocentes. C.: Hablemos de tu película, Casi Inocentes. Un drama familiar sobre un padre que le debe la vida de su hijo a un héroe, un inmigrante que arriesgó todo por salvar a un desconocido. Sin avanzarnos mucho, ¿qué ocurre en esta historia más allá de esta breve sinopsis? P. L.: Esta historia cuenta la vida de Alberto, un hombre normal, con una vida, inquietudes y familia resueltas, que un día, al tomar una decisión cambia radicalmente su vida. Alberto podemos ser cualquiera, y con esta película hago una reflexión, es un viaje a través de los sentimientos, de nuestro interior, de ser conscientes de que en un momento todo aquello que creemos tener conseguido puede tomar un giro inesperado. C.: La obra se basa en el libro de Pedro Ugarte. ¿Sigues fiel el discurso de la novela? ¿Es para ti más complicado adaptar una obra literaria o lo es empezar de cero con un guión cinematográfico, como hiciste en el corto A Mario? P. L.: Para mí es infinitamente más fácil empezar de cero como tú dices, pero en realidad, no es empezar de cero, yo cuando me siento a escribir un guión ya tengo en la cabeza todo lo que quiere salir en forma de personajes, historias y hasta las descripciones de los lugares donde suceden, es crear, y eso siempre es muy gratificante. C.: Cuentas en el reparto con actores de un nivel excepcional, como Fernando Cayo, Ana Fernández y Alexandra Jiménez, con quien ya trabajaste en tu anterior cortometraje. ¿Cómo es esa sensación de una directora novel verse en la situación de ordenar a figuras de este nivel? Te ayuda tu experiencia profesional en el cine, supongo. P. L.: Fue una gran experiencia desde luego, pero te puedo decir que ahora son unos grandes amigos, tuve que aprender como a todo lo demás, pero es cierto que tenía una ventaja, al haber escrito yo el guión, los personajes los tenía muy claros y he de decir que ellos, como grandes profesionales que son los bordaron con una gran facilidad, no me nombras a Jaroslaw Bielski, el inmigrante, que hace su papel a la perfección. Gabriel, el niño que reencarna a León (hijo de los protagonistas), fue mucho más complicado, pero es un niño tan entregado a su trabajo, disfruta tanto que lo tomó como un juego y se convirtió en el personaje. C.: Que el héroe sea un inmigrante supone añadir un mensaje más a la historia, una subtrama que haga pensar sobre el papel del extranjero en nuestra sociedad. ¿Es esa tu intención? P. L.: No exactamente, en el sentido de que es un personaje desarraigado podría ser, pero voy más allá (Piotr), el personaje inmigrante es ambiguo, en realidad todos los personajes de esta historia tienen un lado oculto, hasta el final no sabremos quién es, que persigue y esto le convierte en un personaje enigmático. C.: La película ha sido seleccionada en el Festival de Moscú. Es un premio al menos la nominación de un festival de este calibre. ¿Qué expectativas generales tiene Casi Inocentes? Difícil esperar un éxito de taquilla sabiendo como está estructurada la explotación de este arte en este país, ¿no? P. L.: Pues sí, muy difícil como bien dices, pero el premio más grande para mí es estrenarla, darle una oportunidad porque yo creo que es una gran película, una producción 100% española, con un gran trabajo detrás de estupendos profesionales, y esto se nota. Casi Inocentes, es una película sencilla, sin grandes pretensiones pero con una gran factura. C.: Por último, ¿le has cogido el gusto a la dirección o volverás al departamento artístico? P. L.: Si, la dirección enamora a cualquiera, como te dije al principio de la entrevista es la máxima expresión del arte, esto y escribir son mis dos grandes pasiones. No solo le cogí el gusto sino que he continuado en la dirección con el documental ¡Cómicos, Artistas, toreros! que se estrenará en breve en TVE2, y actualmente estoy poniendo en marcha dos proyectos documentales y otro de largometraje junto a mi marido, Alejandro Vázquez y nuestra productora Historias para Contar P.C. C.: Por cierto, nos encanta el póster promocional de la película. Ese hombre perturbador y oscuro que coge la mano de un niño mientras se le quema la cabeza. Genial. P. L.: ¡¡Gracias!!, sí es muy bonito y tiene mucha fuerza, de eso se trataba. ¡Ah! Id a ver la película, que os gustará. * Fotos extraídas de la web de la película: www.casiinocentes.com
Escrito por: Pablo Plaza Tiene 34 años, un futuro prometedor y muchas ganas de hacer emocionar al espectador. De padre sirio y madre catalana, Hammudi Al-Rahmoun se estrena en la gran pantalla con la película Otel·lo, adaptación al cine del clásico de Shakespeare. Después de su cortometraje documental sobre la banda ETA, La ventana rota, Al-Rahmoun se atreve con un largometraje original, vanguardista y muy espontáneo. El director catalán habla con nosotros y nos responde amablemente a todas nuestras preguntas. Cinesperados: ¿Qué es realidad en lo que vemos en Otel·lo y que es ficción? ¿Ese juego con el espectador de ver desde el punto de vista del equipo técnico lo que ocurre en un set es el alma de este film? Hammudi Al-Rahmoun: Otel·lo es una ficción. Todo lo que en ella se explica es una historia que no tiene nada que ver con la verdad de quienes la representan. De hecho, la historia, no es más que una adaptación, muy libre, del clásico de Shakespeare. Los personajes, aunque en apariencia se interpreten a si mismos, están interpretando a los personajes de la ficción. De todas formas, ¿cuánto hay de verdad en una ficción? Eso es uno de los juegos que plantea Otel·lo. Otel·lo es un ejercicio sobre la manipulación, y la ficción, es una forma de manipulación. C.: ¿Si tuviéramos que definir con un adjetivo tu obra, Otel·lo, utilizarías la misma que yo si digo “arriesgada”? Un ensayo de autor con una obra de Shakespeare de trasfondo, donde el rodaje y la obra, la realidad y la ficción, se fusionan es, como mínimo, arriesgado de llevar a cabo. H. A.:Con la distancia, la veo arriesgada. Pero la verdad cuándo yo me la planteé, no la vivía como algo arriesgado sino como algo divertido. Me parecía muy estimulante que de alguna forma todo el equipo fueran actores de la película. Tampoco estaba muy pensado, me lo fui encontrando a medida que tomábamos decisiones. Yo quería improvisar mucho, que no hubieran diálogos escritos, eso nos llevó a la idea de tres cámaras. Si rodábamos con tres cámaras era imposible que los operadores se pudieran evitar y eso nos llevó a decir: “Mejor, que se vean las cámaras”. La película fue tomando forma por sí sola. Lo bueno que tuve con Otel·lo era que valía tan poco dinero, que nadie esperaba nada. Eso me quitó toda presión y la verdad es que en el rodaje lo pasé en grande. C.:Utilizas el cine dentro del cine, y dibujas al director como un ser casi despreciable y dispuesto a hacer lo que sea para conseguir su propósito. ¡Supongo que no tiene nada que ver contigo! H. A.: Jaja, probablemente un poquito sí. Yo entré a estudiar cine hace 15 años, desde entonces, he luchado para ser director de cine. En ese camino, para conseguir mi objetivo, he sacrificado muchas cosas de mi vida. Yo conecto con cierto carácter obsesivo de los directores. Si no lo fueran, seguramente se dedicarían a otra cosa porque hace falta mucha perseverancia para levantar una película. De todas formas, el personaje de la película no deja de ser una caricaturización del lado oscuro de un director. Yo no maltrato a mis actores porque no me sentiría cómodo. Tengo otras formas de llegar a sus emociones y no he necesitado artes oscuras. Eso no quita, que el director manipulador de la peli no esté dentro de mí, controlado… de momento. C.: Supongo que tu respuesta es un no. Ahora que está en boca de todos el límite del director por el estreno de Nymphomaniac y la imagen extravagante y pervertida de Lars Von Trier, ¿cual es tu opinión al respecto? ¿Debe el actor estar al servicio del director y así conseguir el mejor resultado de él, aún las técnicas que se usen no sean las más éticas? H. A.:No, si al actor no le interesa ese juego. Yo creo que esto es una cosa de dos. Tengo mis dudas de que no haya mucho de marketing en todo lo que envuelve la figura de Lars Von Trier, director al que encuentro brillante. Yo creo que director y actor deben marcar las pautas de la relación que van a tener y a partir de ahí darlo todo. Si te saltas el acuerdo, no me parece bien, pero si dentro de lo acordado, está el que el director lleve al actor a zonas que a él por sí solo le da miedo entrar pues no veo algo despreciable en ello, lo veo peligroso, pero no fuera de la ética en la relación. C.: Te estrenas en el largometraje con un film muy vanguardista, y te encuentras que triunfa allá donde ha sido presentado. ¿Está el público preparado para entender películas así, rodeados como estamos de filmes fáciles de digerir y sin ese lado “oscuro”? H. A.: El público ha respondido fenomenal. El público quiere que le emociones y le hagas sentir cosas. Están abiertos a propuestas un poco diferentes. Otro tema es ¿qué haremos de taquilla? Pero eso (que ya avanzo que no será buena) no es culpa del público, sino de cómo está montado todo el sistema de exhibición. Si una película pequeña se gasta 300.000€ en promoción, ¿que vamos a hacer nosotros de taquilla con una película que rodamos con 15.000€? Es muy complicado hacer ruido y que la gente sepa quién eres y que estás en el cine. C.: Hace unas semanas se estrenaba Mucho ruido y pocas nueces, la película de Joss Weedon que daba una vuelta de tuerca más al clásico de Shakespeare. Un autor adaptado infinidad de veces, y que aún sigue siendo fuente de inspiración, en pleno siglo XXI. Para adaptar a Shakespeare en el espacio social en el que nos encontramos, ¿es obligado hacerlo de una manera como la tuya o la de Weedon, llevando el discurso un paso más allá? H. A.: Pues no he podido ver la película de Weedon pero sé las condiciones en las que la hizo. Quiero pensar que más que una obligación es una excusa. Yo no hubiera hecho Otel·lo con presupuesto y ambientación de época porque eso ya está hecho y muy bien además. Probablemente nuestro marco sea la excusa perfecta para darle una vuelta a los clásicos y quizás volverlos a ofrecer con otro aire. C.: La mayoría del equipo debuta en el mundo del cine con esta película. ¿Ha sido un reto para ti conseguir de ellos la naturalidad y la espontaneidad que se requiere para un trabajo como Otel·lo? H. A.: Era un reto, sí. Pero también te digo que me parecía más fácil conseguir cierta naturalidad de no-actores que de actores. Los actores aprenden a vocalizar, postura corporal, conciencia de la cámara, etc. Un no-actor no tiene esa formación y en ese sentido se comporta de una forma más natural, más real. Eso es lo que yo buscaba. C.: En los tiempos que corren, sacar una película como ésta debe llevar muchos quebraderos de cabeza. ¿Ha facilitado tu empleo en la ESCAC? ¿Qué recomendaciones darías, o das, a aquellas personas que quieren entrar en el mundo del cine y tantas barreras, sobre todo burocráticas, se lo impiden? H. A.: Perseverancia. El cine es una carrera de fondo. Se trata de estar haciendo pelis con 90 años, no de triunfar joven. Por lo tanto, el truco es seguir, seguir y seguir hasta lograrlo. C.: Muchas gracias Hammudi por tu tiempo, y de todo corazón esperamos que Otel·lo consiga el éxito que parece merecerse, habiendo visto el esfuerzo que habéis realizado para sacar una película así adelante. Enhorabuena a ti y a todo el equipo. H. A.: Muchas gracias a vosotros por dar voz a proyectos pequeños. Un placer. Fotografías extraídas de la web del film http://www.otello.cat/
|
|